lunes, 20 de febrero de 2012

LOS INEVITABLES FRACASOS (II) La necesidad de superar el marco

Mientras leía el libro lo intenté. Posiblemente tenía el día espeso, o poca paciencia, o estaba totalmente dominado por los prejuicios (perdón, las bisociaciones), o simplemente es que soy un cretino. No lo sé. Cualquier excusa puede parecerme válida, pero lo único cierto es que fui incapaz de resolver el dilema. 
Unos días después, una amiga a la que presenté el problema lo logró. Tardó unos minutos, pero lo hizo. Yo sufrí en mi estúpido orgullo, pero disfruté viendo una luz en su mirada cuando descubrió el método, y me tranquilicé creyendo que todavía había esperanza.
Esta es una de las posibles soluciones:

El problema, como señalan los autores es el siguiente: Cuando se intenta resolverlo, lo que uno “percibe realmente” es un cuadrado, y no nueve puntos, e intenta unirlos sin salirse de ese “marco”, que no está en las instrucciones, pero que uno asume como parte del problema a solucionar. 
Superar el marco. Ser capaces de “ver” conscientemente lo que se “percibe” inconscientemente y, reconociéndolo, poder dejarlo de lado —superarlo— y así solucionar el problema.
Recordemos mi definición previa de prejuicio: un marco mental inconsciente y previo que nos impide solucionar un problema porque no nos deja evaluarlo correctamente.
Una vez vista la solución parece fácil. No lo es hasta que tomamos conciencia del marco que nos limita, del cuadrado que, a pesar de no ser realmente real, es una realidad condicionante y limitativa de cómo imaginamos nuestras soluciones.
A veces me pregunto cuántos cuadrados, cuantos marcos inexistentes, condicionan mis decisiones, amputan mis alternativas, impiden que solucione satisfactoriamente mis problemas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario