lunes, 17 de enero de 2011

EL IMPROBABLE MOMENTO PERFECTO

Para la mayoría de las cosas importantes, el momento siempre es pésimo. 
¿Estás esperando un buen momento para dejar tu trabajo? Las estrellas nunca se alienarán y los semáforos de la vida nunca se pondrán todos verdes al mismo tiempo. El universo no conspira contra ti, pero tampoco se volverá loco para apartarte obstáculos del camino. Las condiciones nunca serán ideales. «Algún día» es una enfermedad que hará que te lleves tus sueños a la tumba.
              Ferriss, Timothy. La semana laboral de 4 horas.
Esta noche me pregunto ¿cuánto tiempo ha de pasar hasta que aprenda? 
Aprender. Creo que sé qué significa aprender. Creo saber, también, qué tengo que aprender. Y tengo la sensación de que deseo aprender; de que es vital que aprenda. Vital en el sentido más profundo de la palabra, porque la vida pasa cada vez más deprisa y cada segundo es irrepetible.
¿Por qué no aprendo? ¿Qué parte de mí se niega a aprender, y por qué? ¿Cuánto tiempo ha de pasar hasta que aprenda?
Lo he leído, me lo han contado, lo he comprobado con mi experiencia: el momento perfecto no existe. Todos los semáforos nunca estarán en verde al mismo tiempo. Y, sin embargo, yo sigo imperturbable, como si la cosa no fuera conmigo: esperando el momento ideal para cada cosa; y hay fruta, mucha, que se pudre sin llegar a madurar.
Algo falla, pero no sé qué es. Quién si, pero no qué. He de aprender, y no sé cómo. Me va la vida en ello y esta afirmación no es ninguna anfibología.
Nec spe, nec metu: ni miedo ni esperanza, predicaban los estoicos. Aún no me es posible seguirlos; aún me quedan esperanzas y, sobre todo, camino cargado de miedos, de malditos miedos. Hoy, mientras volvía a hacer un sencillo diseño, meditaba sobre qué día sería ese “algún día” en que aprenda esa lección que ya sé aunque no todavía no sepa.
P. S. Voy recuperando mi pulso, vuelvo a hacer ligeros dibujos para decorar iniciales y he vuelto humedecer mis viejas gouaches para cargar las plumillas de caligrafía. Escribo menos. Tengo que oír más música. Y hacer algo más de ejercicio.
P. S.2 Adjunto una viñeta de El Roto como ejercicio de meditación.